Los Reyes Felipe VI y Letizia, acompañados por sus hijas, Doña Leonor y Doña Sofía, han llegado pocos minutos después de las 8.40 al Palacio Real para presidir la ceremonia de Estado, de carácter civil, por las víctimas de la pandemia de Covid-19, un acto solemne en el que también participarán todos los poderes del Estado, un centenar de víctimas y familiares de fallecidos y representantes internacionales.
El inicio del acto, diseñado por el Palacio de la Moncloa, ha seguido el guion previsto con la llegada de las autoridades, del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de todo el Ejecutivo al completo.
El jefe del Ejecutivo ha recibido a los Reyes en el Patio del Príncipe y a continuación han saludado a las autoridades principales en el Zaguán de Embajadores. Entre ellos se encontraban todos los poderes del Estado, el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y representantes de organizaciones internacionales: el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom; el de la OTAN, Jens Stoltenberg y el secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili.
Don Felipe y Doña Letizia también han saludado a los miembros del Gobierno –el Rey se ha detenido unos segundos con el ministro de Sanidad, Salvador Illa–, los presidentes autonómicos y expresidentes del Gobierno, entre los que solo ha faltado Felipe González.
Acto e intervenciones
El acto ha contado solo tres intervenciones: además del Rey, solo han hablado el hermano de un periodista fallecido, procedente de Madrid, y una enfermera del hospital de Vall d’Hebron de Barcelona, ambos elegidos por la dureza con la que la enfermedad golpeó ambas provincias.
La periodista Ana Blanco, que ha actuado como maestra de ceremonias, dio la bienvenida y se encendió el pebetero, dando paso a las declaraciones institucionales de los representantes de las víctimas de Covid-19 y de los sanitarios, Hernando Fernández Calleja y Aroa López Martín, respectivamente.
A continuación, dio comienzo la ceremonia de homenaje a las víctimas de Covid-19 y de reconocimiento a la sociedad, Su Majestad el Rey y Su Alteza Real la Princesa de Asturias, acompañados por los representantes de víctimas y sanitarios, frente al pebetero, depositaron sendas rosas blancas. Seguidamente se produjo la ofrenda del resto de autoridades designadas y acompañadas por representantes de la sociedad civil. Durante este momento se escuchó el réquiem de Samuel Barber y la “Canción del Espíritu” de Johannes Brahms, interpretada por la orquesta de Radio Televisión Española.
Su Majestad el Rey en su intervención señaló que «… sin duda, hemos contraído una obligación moral y un deber cívico: La obligación moral de reconocer, respetar y recordar siempre la dignidad de los fallecidos y especialmente el espíritu de esa generación admirable de españoles; y el deber cívico de preservar e impulsar los mejores valores que fundamentan nuestra convivencia…», continuó afirmando que «…Esa deuda moral y ese deber cívico nos obligan y comprometen a todos. Pongamos juntos, pongamos unidos toda nuestra voluntad, nuestra capacidad, todo nuestro saber, todo nuestro esfuerzo y empeño para poder mirar hacia el futuro con confianza y con esperanza. Y hagámoslo desde el respeto y el entendimiento…».
Don Felipe quiso destacar que «… la responsabilidad, la fuerza moral, la determinación frente a la adversidad y el espíritu de superación del pueblo español nos muestran el camino a seguir para afrontar y vencer las dificultades. Las superaremos…», y finalizó sus palabras diciendo que «…ese será, sin duda, el mejor homenaje renovado que podamos ofrecer en el mañana a quienes hoy, con toda justicia y merecimiento, recordamos, reconocemos y honramos…».
El acto solemne finalizó con la interpretación del poema “Silencio”, de Octavio Paz, seguido de un minuto de silencio.
Asistentes
La ceremonia ha estado presidida por la bandera de España, las de las 19 comunidades y ciudades autónomas y las de las instituciones internacionales. Han asistido también una docena de representantes de todas las confesiones, con lo que se pretende que el acto tenga cierto carácter ecuménico.
También han sido invitados todos los líderes políticos y los presidentes de los grupos parlamentarios. Vox ya anunció que no participaría por considerar que el acto consistía en una «ceremonia exculpatoria» del Gobierno, una postura que el Gobierno considera incomprensible y reprobable, dada la imagen de unidad en el dolor y en el homenaje que se quiere transmitir.
Con todo, alrededor de tres quintos de los invitados proceden de la sociedad civil. Para elegir a las víctimas y familiares invitados, el Ejecutivo ha pedido ayuda a las comunidades autónomas y a las delegaciones del Gobierno, de manera que asistirán unas cuatro personas por cada comunidad. Pero además, los organizadores han tratado de atender todas las peticiones que han llegado a Moncloa o al Palacio de la Zarzuela.
Además de los afectados y los familiares de víctimas, han sido invitados representantes de la sociedad civil: junto a organizaciones empresariales y sindicales estarán miembros de distintos colectivos que han combatido la pandemia y han prestado servicios esenciales: sanitarios, cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, Fuerzas Armadas, trabajadores del sector agroalimentario, de los servicios de limpieza urbanos, trabajadores de residencias de mayores, cajeros, reponedores, cocineros, científicos o trabajadores de los servicios de empleo. También representantes de empresas que han hecho contribuciones contra la pandemia.