‘Ver para Crecer’ lleva a cabo en Tenerife su primera acción con personas con diversidad funcional

/COMUNICAE/

Ópticos-optometristas voluntarios de esta iniciativa revisaron este martes la vista de noventa personas en el área de discapacidad de San Juan de Dios Tenerife. Prácticamente todas necesitaron gafas, o bien actualizar la corrección de las que ya usaban, y, en muchos casos, emocionaron a las personas voluntarias con su espontaneidad y sincero agradecimiento

El proyecto ‘Ver para Crecer’ de la Fundación Cione Ruta de la Luz  ha llevado a cabo su tercera misión óptica sobre el terreno en Canarias, en la que ha sido su primera acción para mejorar la salud visual de personas con diversidad funcional. 

En esta ocasión, la misión óptica tenía lugar en las instalaciones del Centro Psicopedagógico, correspondiente al  Área de Discapacidad de San Juan de Dios Tenerife, cuya colaboración en el proyecto ha sido imprescindible.

Así, 90 personas, de entre 17 y 80 años, que habían sido convocados de forma previa por San Juan de Dios, recibían una atención visual integral gracias a la labor de ocho personas voluntarias, tres ópticos y cinco ayudantes más, a cuya labor se añadió también la inestimable colaboración del personal del Centro.

Delioma Hernández, psicóloga del Área de Discapacidad de San Juan de Dios Tenerife, explica que, «a través de nuestro modelo centrado en la persona, evaluamos la calidad de vida de las personas usuarias de manera integral. Esto incluye el área de salud y seguridad, donde valoramos todas las necesidades médicas que puedan surgir, como las revisiones ópticas, ginecológicas o traumatológicas, a las que muchas veces no pueden acceder debido a dificultades de comunicación».

En este sentido, la gerente de la Ruta de la Luz, Cristina López-Mora, destacaba ayer que «ha sido un evento sin precedentes en Ver para Crecer, puesto que, en muchos casos, los beneficiarios de la acción eran personas con dificultades para comunicarse». Sin embargo, el gran esfuerzo de voluntarios y trabajadores y el ambiente de empatía que se generó, lograron el éxito rotundo de la acción. «Agradecemos muchísimo el esfuerzo que ha hecho San Juan de Dios, pero sobre todo el trabajo que resulta evidente que hacen cada día con estas personas», añade López-Mora, a quien las reacciones de los beneficiarios cuando les graduaban dejaron, literalmente, «sin palabras».

Para Antonio Pérez, coordinador del Área de Discapacidad San Juan de Dios Tenerife, «poder cubrir esta necesidad básica y mejorar la salud visual de nuestros usuarios nos llena de satisfacción y reafirma nuestro compromiso de seguir trabajando por su bienestar».

Por su parte, María de la Rosa, directora de Discapacidad y Solidaridad, expresa su profundo agradecimiento a la Fundación Cione Ruta de la Luz y su proyecto ‘Ver para crecer’. «Gracias a esta iniciativa, nuestros residentes han podido acceder a evaluaciones visuales especializadas, lo cual es fundamental para detectar posibles alteraciones conductuales asociadas a problemas de visión. Estas evaluaciones nos permiten crear entornos más adecuados y mejorar significativamente la calidad de vida de las personas con discapacidad que a menudo no pueden para acceder a este tipo de servicios».

Borja Castrillón fue uno de los ópticos voluntarios que cedió su trabajo para llevar a cabo las revisiones visuales.  «El 90% de las personas que han acudido necesitaban corrección óptica o bien actualizar la que llevaban», aseguraba. En una intensa mañana, los profesionales de la salud visual encontraron graduaciones muy desactualizadas, con astigmatismos altos, de 3 y 4 dioptrías, e incluso  una graduación de +18 dioptrías.  «Hemos logrado mejorar mucho la agudeza visual de todos los pacientes, con una media superior al 70% para todos ellos», confirma el óptico.

Borja Castrillón terminaba su trabajo, pasadas las tres de la tarde, impactado emocionalmente. «Todo lo que hacíamos, tenía repercusión emotiva en los beneficiarios. Ha sido estremecedor», afirmaba, recordando, sobre todo, el caso de un chaval de 17 años. «Estaba incómodo y quería irse. No llevaba gafas, a pesar de tener 6 dioptrías de hipermetropía. Y, cuando después de graduarle le puse la gafa de prueba,  se paralizó, miró a la asistente que le acompañaba, como si fuera la primera vez que la veía, y le dijo: ¡qué guapa eres! Fue un momento genuino. Otros, lloraban cuando comprobaban cómo iban a ver con sus  gafas nuevas, o nos mandaban besos… ha sido indescriptible sólo con palabras».

El proyecto ‘Ver para Crecer’ acerca la salud visual a personas en situación de vulnerabilidad, de manera que quienes necesitan unas gafas porque su situación coyuntural no les permite costeárselas, las reciben nuevas, hechas ex profeso para su graduación actual, y de forma gratuita. 

Fuente Comunicae

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