Los tejados cumplen una función esencial en la protección de los edificios, ya que resguardan el interior de las inclemencias del tiempo. No obstante, tras lluvias intensas, es común que surjan diversos problemas que afectan su integridad y funcionalidad
Según TODO CUBIERTAS FERANANDEZ, expertos en reparación de tejados en Segovia y zona norte de Madrid, identificar estos inconvenientes a tiempo es crucial para evitar daños mayores y caras reparaciones.
Además, saber cuándo recurrir a un técnico especializado en reparación de tejados puede marcar la diferencia entre una solución rápida y el agravamiento del problema.
Las condiciones climáticas afectan la durabilidad de los tejados, por ejemplo, las lluvias continuas no solo pueden desgastar los materiales de un tejado, sino que también tienen el potencial de revelar deficiencias preexistentes que pasan desapercibidas en condiciones climáticas normales.
Este artículo, empresas especializadas en tejados, detallan los problemas más comunes que pueden surgir en los tejados después de lluvias intensas, así como las situaciones en las que es indispensable contactar a un profesional.
1. Filtraciones de agua
Uno de los problemas más habituales tras lluvias abundantes es la aparición de filtraciones de agua. Estas se manifiestan a menudo como manchas de humedad en los techos interiores o en las paredes, indicando que el agua está penetrando la cubierta del tejado. Las filtraciones pueden ser causadas por diversos factores, entre ellos:
Tejas desplazadas o rotas: El viento y la lluvia pueden desajustar las tejas, permitiendo la entrada de agua.
Fallas en el sistema de impermeabilización: Con el tiempo, las membranas impermeabilizantes se deterioran, perdiendo su eficacia.
Fisuras o grietas: Las pequeñas fisuras en el material de cobertura pueden expandirse con la humedad, facilitando la filtración.
Cuando las filtraciones son recurrentes o afectan áreas extensas, es indispensable contactar a un técnico especializado. Un profesional cuenta con las herramientas y el conocimiento necesario para localizar con precisión el origen del problema y realizar las reparaciones adecuadas, garantizando una solución duradera.
2. Obstrucción de canalones y bajantes
Las lluvias intensas pueden arrastrar una gran cantidad de residuos como hojas, ramas y otros desechos que, con el tiempo, se acumulan en los canalones y bajantes. Esta acumulación puede provocar la obstrucción de los conductos, impidiendo el adecuado drenaje del agua.
Entre las consecuencias de esta obstrucción se encuentran:
Desbordamiento de agua: El agua no puede fluir correctamente y se desborda, mojando las paredes y la base del edificio.
Daños estructurales: El peso del agua acumulada puede dañar los canalones o incluso el tejado.
Filtraciones: Cuando el agua no tiene salida, puede filtrarse por grietas o juntas mal selladas.
Es importante realizar inspecciones periódicas y limpiar los canalones para evitar estos problemas. Si la obstrucción persiste o se detectan daños en los conductos, es recomendable contactar a un técnico especializado que realice una limpieza profunda y repare las posibles roturas.
3. Desplazamiento o rotura de tejas
Las fuertes precipitaciones, en especial cuando van acompañadas de viento, pueden provocar el desplazamiento o la rotura de las tejas. Este problema es especialmente común en tejados antiguos o mal mantenidos. Las tejas desplazadas o fracturadas dejan expuestas áreas vulnerables del tejado, lo que facilita la entrada de agua y el deterioro progresivo de la estructura subyacente.
Es esencial inspeccionar el tejado después de lluvias fuertes para identificar cualquier anomalía. Si se detectan tejas caídas o dañadas, es fundamental actuar con rapidez. Un técnico especializado no solo sustituirá las piezas deterioradas, sino que también evaluará el estado general del tejado para prevenir futuros problemas.
4. Humedad y moho en el ático o el bajo tejado
La acumulación de humedad en el ático o el espacio bajo el tejado es otro de los problemas comunes derivados de las lluvias prolongadas. Esta humedad favorece la aparición de moho y hongos, que no solo deterioran la estructura de madera y los materiales aislantes, sino que también representan un riesgo para la salud de los ocupantes.
Entre los signos más evidentes de humedad en el ático se encuentran:
Olor a humedad o moho.
Manchas oscuras en las vigas o el aislamiento.
Condensación excesiva en superficies frías.
Cuando se detectan estos síntomas, es imprescindible realizar una evaluación profesional. Un técnico especializado podrá identificar la causa de la humedad, reparar las filtraciones y recomendar mejoras en la ventilación para evitar la reaparición del problema.
5. Daños en el sistema de impermeabilización
El sistema de impermeabilización es una de las barreras más importantes para proteger el tejado. Con el tiempo, las lluvias intensas pueden desgastar las membranas impermeabilizantes, lo que provoca fisuras y una pérdida de eficacia.
Entre las señales de deterioro en la impermeabilización destacan:
Goteras persistentes.
Desprendimiento de material impermeable.
Aparición de burbujas o ampollas en la superficie.
Si se observan estos signos, es fundamental contactar a un técnico cualificado que realice un diagnóstico preciso y determine si es necesario reparar o renovar el sistema impermeabilizante.
6. Hundimiento parcial o deformaciones en el tejado
En casos extremos, las lluvias prolongadas pueden provocar el hundimiento parcial o deformaciones en la estructura del tejado, especialmente si ya existían problemas previos de debilitamiento. Este tipo de daño representa un riesgo significativo para la seguridad del edificio y sus ocupantes.
Es vital estar atento a cualquier irregularidad en la superficie del tejado. Ante el menor signo de hundimiento, se debe contactar de inmediato a un técnico especializado que evalúe la situación y realice las reparaciones necesarias para evitar un colapso total.
¿Cuándo es indispensable llamar a un técnico especializado?
Es recomendable acudir a un profesional cuando se presenten las siguientes situaciones:
Filtraciones persistentes o manchas de humedad en techos y paredes.
Obstrucción grave de canalones o bajantes que no puede solucionarse con una limpieza básica.
Tejas rotas, desplazadas o ausentes que exponen el tejado a las inclemencias del tiempo.
Humedad o moho en el ático que indica problemas de ventilación o filtración.
Daños visibles en la impermeabilización o signos de deterioro acelerado.
Deformaciones o hundimientos en la estructura del tejado.
Un técnico especializado cuenta con la experiencia y las herramientas necesarias para diagnosticar y resolver estos problemas de manera eficiente.
Además, un mantenimiento preventivo regular puede prolongar la vida útil del tejado y evitar reparaciones costosas a largo plazo.
Tras episodios de lluvias intensas, es fundamental realizar inspecciones regulares para detectar anomalías en el tejado.
Cuando los problemas superan una simple limpieza o mantenimiento básico, la intervención de un técnico especializado es indispensable para garantizar la seguridad, funcionalidad y durabilidad de la estructura.