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El escritor rinde homenaje a este club de Madrid y da una amplia visión de las noches más alocadas vividas por sus noctámbulos visitantes; con la música, el baile, la seducción, el alcohol y el sexo como telones de este particular escenario
El escritor JB Rodríguez Aguilar presenta su nueva novela Noches del Oba-Oba (Malbec Ediciones, junio de 2021), en la que la música, el baile y la sensualidad son los encargados de sumergir a los lectores en las mágicas e inolvidables noches vividas en torno al ya desaparecido club del callejón de Jacometrezo.
El autor se adentra en el Oba-Oba de la mano de su protagonista, un guionista de series que ha superado los cuarenta y que se encuentra en plena crisis existencial, además de olvidado por las musas de la inspiración. Decidido a salpimentar su vida, se apunta a clases de portugués y de baile, y es ahí donde conocerá fortuitamente a Fabio. Este peculiar siciliano lo introducirá a las vívidas noches brasileñas que se celebran en el club Oba-Oba, un hogar nocturno en el que las culturas más dispares se reúnen en torno al ritmo y las músicas de Brasil.
«Madrid es, por fuerza, un foco de atracción para una gran cantidad de migrantes de origen latinoamericano. Entre ellos ha crecido mucho la parroquia la brasileña. Al tratarse de un pueblo muy orgulloso de su identidad y raíces, esta ha buscado puntos de encuentro y se ha dado a conocer en lugares tan mágicos como el Oba-Oba. La novela recrea ese mestizaje y ese enriquecimiento de ida y vuelta».
A partir de esa primera y catártica incursión, el autor relata cada una de las andanzas nocturnas en el local del guionista y de su fiel amigo Fabio. Los lectores se adentrarán en la mente del protagonista, quien a través de su crónica los hará partícipes de sus vivencias y más íntimos pensamientos, conforme se entrega a la mundanidad cada noche sin saber que, al cabo de todas ellas, encontrará la inspiración que le falta para empezar a escribir un nuevo guion.
El autor posee una gran habilidad para describir y envolver a los lectores en el ambiente perfecto que pretende resucitar en su diario. Ello implica también a los personajes secundarios que salpican las aventuras del guionista y de Fabio, convirtiéndose en un elemento muy importe para la historia, hasta el punto de verse enredados a menudo en las relaciones apasionadas y carnales que surgirán entre ellos.
«Fabio es el escudero fiel y compañero de andanzas del narrador de la novela. Se conocen por casualidad y presentan personalidades muy distintas, casi se podría decir que antagónicas. Aunque ambos coinciden en el hecho de que atraviesan una etapa dispersa de sus vidas, en la que necesitan salir, fluir, extraviarse… A raíz de la primera visita fortuita al Oba-Oba, los dos deciden sumergirse en esa caverna cada noche y dejarse arrastrar por las mil aventuras que allí les esperan. Pues bien, si hay un hilo conductor en la novela que sirve para enlazar los diferentes enredos de cada capítulo es precisamente la amistad entre ellos. Su vínculo evoluciona a lo largo de la historia, como también evoluciona el momento vital de cada uno. Se puede decir que ese extravío buscado constituye para ambos un ritual necesario de paso y de maduración. Una crisis de la edad adulta que deciden experimentar juntos, como hermanos de sangre».
JB Rodríguez Aguilar rinde así homenaje a ese símbolo de la cultura brasileña que acogió a muchos artistas y bailarines, y que mantuvo sus puertas abiertas durante más de treinta años a todos los fieles moradores nocturnos, ansiosos de dejarse llevar por el ritmo de la samba, el forró o el sertanejo. La pluma del autor, tan pícara e intensa como genuina, consigue recrear sin esfuerzos el atractivo ambiente festivo que se producía noche tras noche en el seno de esa caverna, en la que las fantasías más descabelladas podían hacerse realidad, y donde la seducción, el alcohol, el baile y el sexo eran el telón de fondo de tan particular escenario.
«La novela pretende rendir homenaje literario a un lugar mágico, hoy tristemente desaparecido: el club nocturno Oba-Oba. Fue fundado en el año 1982 por el empresario Julio Pavón, junto con el colindante primer Café Berlín, ambos en la mencionada calle Jacometrezo de Madrid. Por su escenario pasaron reconocidos grupos brasileños como Frutos Tropicais, comandado por el maestro Rogério, o los músicos de las bandas de Djavan, Gilberto Gil o Pat Metheny, que celebraban en él jam sessions tras sus conciertos en el Palacio de los Deportes. A lo largo de su dilatada vida, recibió también la visita de relevantes personalidades brasileñas, como el escritor Paulo Coelho, o el que luego se convertiría en presidente de Brasil, Lula da Silva. Por otra parte, era punto de encuentro para famosos de la movida madrileña, como Almodóvar y su troupe, el Gran Wyoming, etc. Toda esa trayectoria increíble como local nocturno, cuya memoria he pretendido reivindicar —ya digo— con humor, imaginación y cierta nostalgia, ha sido el germen para escribir la historia».
Sin duda, una propuesta sensual, divertida y novedosa en la que los lectores podrán revivir las míticas noches que se disfrutaban en el Oba-Oba, de las que surgieron miles de historias que, pese a su cotidianidad, sirvieron de inspiración para muchas personas, como el propio autor.
Noches del Oba-Oba ya está disponible en las librerías para aquellos lectores que ansíen desinhibirse en el deslumbrante hábitat de la noche madrileña.
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«Noches del Oba-Oba», de JB Rodríguez Aguilar
Fuente Comunicae