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Hasta ahora se creía que las luces artificiales eran confundidas por los insectos con la luz de la luna, una luminiscencia que les ha ayudado durante miles de años a orientarse en la oscuridad. Con la llegada de la época navideña, son muchos los que se preguntan si las luces que ponen en balcones o terrazas pueden acabar siendo un reclamo para todo tipo de insectos
De polillas a mosquitos, se puede ver cómo estos insectos se acercan y dan vueltas alrededor de las luces artificiales que se encienden durante la noche. Hasta ahora se creía que este tipo de insectos se sentían atraídos por la luz de las bombillas al confundirla con la de la luna. Este método de orientación, conocido como orientación transversal, les habría ayudado a orientarse tras la puesta de sol durante miles de años.
Sin embargo, recientemente un grupo de científicos del Imperial College de Londres ha descubierto que no sería del todo así. Y es que, el argumento de cómo la luz artificial es confundida por la luz de la luna no serviría, por ejemplo, para explicar por qué estos insectos se comportan de la misma forma en sus vuelos diurnos.
Para estos científicos, la causa de este comportamiento se encontraría en otro punto totalmente diferente. Según defienden, la luz artificial interfiere con la parte del cerebro de los insectos que les ayuda a volar. De hecho, tras su investigación habrían encontrado una serie de conductas que apuntarían a este hecho. Entre ellos, el modo en el que sobrevuelan las luces, girando sobre sí mismos y provocando que estos puedan caer, que el vuelo al llegar a estos puntos de luz se vea modificado y acaben haciendo bucles o que cuando se acerquen al punto luminoso desde un lado los insectos opten por hacer círculos a su alrededor.
Cómo evitar estas navidades a esos invitados no deseados
Además, a estas investigaciones se suman otras que apuntan cómo la presencia de luz ultravioleta en este tipo de luces artificiales, imperceptible para los humanos, puede no solo ser visible para algunos insectos como las polillas, sino también desempeñar un papel fundamental en su atracción hacia la luz. Hay que recordar que las fuentes de luz artificial a menudo emiten radiación ultravioleta, lo que puede intensificar la respuesta de las polillas hacia ellas.
A esto se sumaría el efecto calor de las luces, lo que puede hacerlas más atractivas para algunos tipos de insectos. No obstante, y más allá de este tipo de escenarios, los expertos insisten en que el poder de las luces de navidad para atraer a los insectos dependería a su vez del tipo de luz utilizada, de la intensidad de la iluminación, así como de otros muchos factores ambientales.
Por todo ello, los expertos recomiendan asegurarse de que los dispositivos de iluminación utilizados no emitan luz ultravioleta, o se potencie el uso de dispositivos LED, un tipo de luces que no solo ayudan a reducir el consumo y tienen mayor duración, sino que emiten menos calor, lo que se ha demostrado un factor clave para atraer a estos insectos no deseados.
Fuente Comunicae