Redacción. Un equipo de investigadores del campus de Gandia de la Universitat Politècnica de València (UPV), en colaboración con la Universidad Austral de Chile (UACh), trabaja en el desarrollo de un nuevo aislante acústico y térmico para edificios hecho a partir de fibra de esparto.
Según las pruebas llevadas a cabo, las características de este material lo convierten en una alternativa idónea y mucho más ecológica que los paneles utilizados hoy, mayoritariamente, para aislar del ruido y del calor o el frío. Los resultados del trabajo han sido publicados, recientemente, en la revista Sustanability.
Predicción de absorción acústica
En su estudio, los investigadores de la UPV han analizado las propiedades de absorción acústica de tres tipos de esparto diferentes, procedentes de Pakistán, Túnez y Egipto, y todos ellos suministrados por la empresa murciana Espartos Albarracín.
Desde sus laboratorios en el campus de Gandia, el equipo de la UPV analizó los coeficientes de absorción acústica y las resistividades del flujo de aire de cada uno de ellos, y desarrolló el primer modelo conocido hasta la fecha de predicción de absorción acústica para este tipo de fibra.
El uso de esparto local, útil
“Los primeros resultados obtenidos”, destaca Jesús Alba, investigador del Centro de Tecnologías Físicas del campus de Gandia.de la UPV, “constatan que estas fibras naturales son una alternativa a las sintéticas. Además, los datos de absorción sonora de esparto de diferentes países muestran que se puede usar el esparto autóctono o local, sin tener que transportarlo de grandes distancias. Esto reduce en gran medida la huella de carbono, lo que supone un gran beneficio para el medio ambiente”.
No obstante, “de los tres tipos de esparto analizado, las fibras de esparto de Pakistán son de mayor absorción que las de Egipto y Túnez. De este modo, de cara a un posible cultivo, estás serían las más recomendables, explica Alba.
“Estos resultados”, indica, “abren la puerta a la construcción de paneles de absorción prácticos y sostenibles, basados en fibra de esparto, similares a otros realizados a partir de coco, kenaf, o yute”, destaca el investigador de la UPV.
Alternativa ecológica y valor añadido
Según comenta Romina del Rey, autora también del estudio e investigadora del campus de Gandia de la UPV, para su crecimiento, las plantas de esparto necesitan muy poca agua y prácticamente ningún producto químico. Por ello, su producción genera una huella de carbono muy baja y no produce ninguna emisión de clorofluorocarbono (CFC).
“Además” señala, “su uso en el sector de la construcción permitiría darle un gran valor añadido, ampliando así el mercado de un producto que, durante siglos, ha sido la materia prima para la fabricación de cuerdas, esteras, cestas y elementos decorativos”.
Tras este estudio, el equipo del campus de Gandia de la UPV y la Universidad Austral de Chile (UACh) trabaja en cómo mejorar la durabilidad del producto, así como en el análisis de los efectos de agregar a las fibras retardante de fuego o repelente de insectos.